Según un viejo dicho hacer la pregunta correcta equivale a tener ya la mitad de la respuesta correcta. Esto es particularmente cierto en el estudio de los métodos. Al utilizar las preguntas en el orden en que figuran en este capítulo, a saber, el siguiente:
¿Qué se debe hacer?
¿Dónde se debe hacer?
¿Cuándo se debe hacer?
¿Quién lo debe hacer?
¿Cómo se debe hacer?
se puede tener una idea bastante atinada de las deficiencias de la operación presente y de las posibilidades de que surja un nuevo método perfeccionado. En muchos casos, sin embargo, la solución no es tan evidente y es posible que haga falta hacer investigaciones en otro lugar. Por lo tanto, no es prudente adoptar precipitadamente soluciones antes de investigar esas otras esferas conexas. Por ejemplo, una simplificación del diseño del producto o la utilización adecuada de las materias primas puede ahorrar considerable tiempo en las operaciones. Otras cuestiones relacionadas con la disposición o con la manipulación apropiada de los materiales pueden producir igualmente el mismo efecto. Por este motivo, los especialistas en el estudio del trabajo deben conocer todo el conjunto de técnicas disponibles para crear un nuevo método perfeccionado. A estas cuestiones se hace referencia en la tercera parte de este libro.
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