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lunes, 18 de noviembre de 2013

Resistencia al cambio (II)

La resistencia no es al cambio en sí mismo, hasta el punto de querer pulverizar todo lo existente aún siendo bueno. Es necesario acostumbrar a los ojos para ver lo bueno que hay en un cambio propuesto y no señalar solamente las dificultades para llevar a cabo. Se debe orientar la mente para absorber lo bueno y reconocer el valor que hay en toda nueva idea. Hay que visualizar qué posibilidades aparecen como simples ficciones y fantasias de la imaginación. Todos deben comprender que la vida es, y debe ser, un cambio y nunca un estancamiento. Ir con esos cambios es viajar con el progreso siempre adelante.

Al pensar en los años pasados, parece que hay una ley definida que hace que el hombre vea lo malo en una cosa nueva y casi nunca lo bueno. Si se hiciera una revisión crítica de la historia, se vería que siempre el hombre a tendido a perseguir a otro sólo por el hecho de que tenía una nueva idea y si, después la idea dio buen resultado, lo ha alabado.

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